El trabajo con adolescentes que se han visto involucrados en la justicia: Mirar más allá del acto delictivo

Es imprescindible al momento de atender a la población que ingresa al sistema de responsabilidad penal adolescente y, en este caso a un Programa de Libertad Asistida Simple, tener una mirada transversal y profunda del perfil usuario, más que solo limitarnos a ver a un/una adolescente o joven que ha cometido uno o muchos delitos hasta la actualidad. Es importante ampliar la mirada, dejar de lado los juicios y prejuicios sociales que suelen ser bastante duros en relación a la delincuencia y los "delincuentes", los cuales muchas veces se enfocan únicamente en la conducta delictiva como eje central del problema y no como un fenómeno estructural que involucra diversas variables y a la sociedad en general. Es tarea de cada profesional que trabaja en esta área mirar a estos/as jóvenes y adolescentes de manera integral y única, considerando su pasado y presente, sus vivencias, su contexto social y familiar y otros tantos aspectos relevantes que se deben analizar para poder comprender la razón detrás del acto delictivo de un/a adolescente y por ende su llegada al programa, de esta manera poder situarnos en cada caso y lograr empatizar y dar un trato digno y eficaz al momento de la intervención, que a su vez se ajuste a las necesidades de las y los jóvenes que se atienden en el PLA. Por último, es importante recalcar que la labor de "ver más allá del acto delictivo" no solo se centra en los y las profesionales de esta área, sino que también es deber de la sociedad realizar cambios e impulsar políticas públicas que apunten al entendimiento y desestigmatización de jóvenes que cometen delitos, para así lograr una verdadera reinserción y desistimiento delictual.
En el transcurso de los tres meses que llevo como psicóloga en práctica en la institución en el área de responsabilidad penal adolescente, sumado a mi formación académica previa, ha hecho que se refuerce la razón por la que pienso que "ver más allá del acto delictivo" es tan esencial. Cuando llegué al PLA, además de familiarizarme con el espacio, las personas que trabajan dentro del programa y del establecimiento en sí, tuve que dedicarme a leer los documentos técnicos del programa y manuales a utilizar, también leer expedientes de cada uno de los casos que estaban vigentes. Posterior a esto, pude tener un acercamiento a los jóvenes y sus familias, así como realizar algunas intervenciones con ellos. Es aquí donde me encuentro con variados antecedentes e historias, todas diferentes y todas únicas, pero no pude dejar de lado algunos de los puntos en las que cada una de estas historias se conectan: la vulnerabilidad en la que han tenido que vivir desde la primera infancia hasta la actualidad gran parte de estos/as chicos/as. Bien lo dicen los fundamentos teóricos, los enfoques y modelos utilizados en el PLA y bien lo entienden las profesionales del equipo con las que me encuentro trabajando en la actualidad. Pero, me parecía utilizar este espacio para abordar esta temática desde palabras más sencillas y accesibles, no desde los tecnicismos académicos y lenguaje protocolar. Como mencionaba anteriormente, este punto de conexión entre las experiencias de los jóvenes que llegan al PLA, se reflejan en experiencias de negligencia, falta de sostén afectivo, violencia y muchas veces abandono y soledad, por mencionar algunas. Historias donde en más de una ocasión el único refugio ha sido el barrio, el cual suele tener características de desamparo social y pobreza, donde vemos que estos niños y niñas encuentran una estabilidad y pertenencia en otros/as que también comparten situaciones similares a ellos. También vemos casos donde los y las adolescentes han estado insertos en el sistema de protección debido a estas situaciones desde muy pequeños, pasando de un programa a otro a lo largo de su trayectoria, en una ambivalencia constante, y víctimas de un en un sistema estructural que no le ha dado alivio a su dolor. Estas son algunas de las bases donde inicia la comisión de delitos, desde una forma distorsionada de poder encontrar un acceso económico, y/o también como vía experimental de emociones que puedan paliar aquellas que están reprimidas desde hace algunos años, dentro de esto podemos también dar un entendimiento al consumo problemático que presentan muchos de los usuarios. Toda la conducta insólita que podemos observar como personas sociales y/o como profesionales, guarda detrás una serie de sucesos sin elaborar, donde a veces la única vía resiliente que pueden visualizar estos/as adolescentes es "el ser ilegal" como se dicen alguno/as. Esto que menciono, no tiene como finalidad en ningún caso el justificar estas conductas, pero sí de poder empatizar con ellos/as, que en la actualidad son protagonistas de realizar daños y disturbios u ofensores de ley que en más de una ocasión victimizan a un otro/a, pero no está demás recordar que en una primera instancia ellos y ellas fueron víctimas también.
Basándose en los planteamientos de Winnicot y para finalizar, puedo mencionar que en ocasiones la delincuencia es fruto de una venganza inconsciente por parte de las y los adolescentes como respuesta a la deprivación infantil que han tenido que experimentar en sus familias y en la sociedad, como una respuesta ante el sentimiento de injusticia que han tenido que llevar sobre sus hombros. La delincuencia en sí no es solo una forma de un determinante fracaso, sino que en muchos casos una esperanza, un aviso o un llamado de auxilio de las y los adolescentes en busca de ayuda y control por parte de personas cariñosas, fuertes y seguras, que no me cabe duda que las personas que trabajan aquí quieren ser para ellos y ellas y que yo también quiero llegar a ser como futura psicóloga.
Francisca Cea Gutiérrez
Psicóloga en práctica, Programa Libertad Asistida Sembrando Caminos
Universidad Andrés Bello-Chile